martes, 29 de julio de 2014

Vintage Trouble, Sala Bikini. 28/07/2014

























Ayer fue una tarde de lluvias, rayos y truenos en Barcelona, aunque el epicentro de la tormenta se situó en la Sala Bikini, donde un huracán llamado Vintage Trouble arrasó con todo.

Conocí a esta banda a finales de 2011, a raíz de la buena acogida de la prensa musical inglesa hacia su primer, y hasta el momento único, LP "The Bombshelter Sessions", un disco que me pareció resultón y poco más. En ese momento tuve la sensación, además, de que se trataba de un grupo "prefabricado"; la aparición de su cantante Ty Taylor (luciendo por aquel entonces una poco favorecedora cresta) en el Reality Show musical Rockstar: Inxs, no ayudó, prejuicioso que es uno, a concederles cierto crédito.

Tres años más tarde y movido por la curiosidad que me despertaban los favorables comentarios acerca de su directo, me acerco a la Sala Bikini sin saber muy bien qué esperar. La primera sorpresa ha sido ver una sala prácticamente llena, por lo visto el boca-oreja no ha funcionado únicamente conmigo.

La segunda, y muy grata, sorpresa ha sido comprobar que los VT tienen un directo espectacular: Trajeados y hechos unos pinceles, como en los viejos tiempos del buen Soul, salen al escenario, se reúnen y juntan las manos al estilo de un equipo de baloncesto y empiezan el concierto con "High Times" y "Blues Hand Me Down" (el tema más conocido de "The Bombshelter Sessions"), dos pepinazos de soul-rock de alto voltaje.


























A partir de aquí, el delirio liderado por ese pedazo de frontman que es Taylor: como poseído por el espíritu de James Brown (creo que se habrá hartado de ver vídeos suyos), no para de bailar, de jugar con el pie de micro y de, cálido y encantador, vacilar con el público.

Lo suyo ha sido una auténtica exhibición de recursos escénicos: stagediving de espaldas (jugándose el físico); coqueteos con las chicas de las primeras filas, al estilo Marvin Gaye; bajando a cantar entre el público y haciéndolo agacharse con él; tirándose al suelo; luciendo perfil chulesco en temas vacilones y de aire sesentero como "Pelvis Pusher" (donde recuerda bastante vocalmente a Wilson Pickett) o "Nancy Lee"; haciendo callar al público y consiguiendo un silencio sepulcral en mitad de una canción o subiéndose a la mesa de mezclas y a las barras, desde donde seguía oficiando su particular liturgia.


Pero es que además Taylor CANTA, tiene un vozarrón prodigioso capaz de enfervorizar en los temas más contundentes y de emocionar en las canciones más baladísticas, como "Run Outta You", "Another Man's Words" (de su reciente EP "The Swing House Acoustic Sessions")  o "Nobody Told Me", en el que hubo un momento en que se me puso, literalmente, la piel de gallina.

Visto así, VT podría parecer el vehículo de lucimiento para su cantante pero, a diferencia de, por ejemplo, los Alabama Shakes, el resto de miembros de la banda no son meros comparsas: empezando por el bajista Rick Barrio, un músico super eficaz, continuando con Richard Danielson, un batería espléndido, con mucho punch y terminando con Nalle Colt, un guitarrista sobrio pero muy elegante, de solos concisos y espléndido con la slide, como demostró en la tremebunda "Run Like the River" y en la parte final del concierto con "Total Strangers", con toda la sala coreando el estribillo "na nanana na", o en "Strike to Your Light". 

Apabullante concierto de un grupo que bebe del R&B más clásico, de Stax y del soul de los 60 pero con un sonido puesto al día, más guitarrero y dinámico. A poco que continúen en esta línea (parecen unos tipos currantes y humildes) y si tienen suerte en forma de LA canción que les ayude a dar el salto, les auguro un brillante futuro.

Y si pasan por su ciudad, ni se les ocurra perdérselos.


martes, 22 de julio de 2014

El desván (I): "Live At The Channel Boston M.A. 1988" - Iggy Pop
























Hoy estrenamos espacio: "el desván", en el que hablaremos de discos raros, poco conocidos, infravalorados o de bootlegs jugosos con buen sonido. 

Empezamos con "Live At The Channel Boston M.A. 1988", de Iggy Pop, un disco en directo que no suele aparecer en la discografía oficial de la Iguana y que tuvo una gestación un tanto tortuosa.

Grabado durante la gira de "Instinct", inicialmente el sello A&M lanzó en 1989 una versión promo limitada de un solo disco de doce temas. Un año más tarde, el sello Revenge lo editó en Francia en formato doble, dieciséis temas, y una portada diferente. Ya en 1997, se volvió a editar en el Reino Unido con el título "Live on The King Biscuit Flower" con, de nuevo, distinta portada, una nueva remezcla y un tracklist ligeramente diferente (diecisiete canciones) respecto al lanzamiento original.

A diferencia de su disco anterior, "Blah Blah Blah" (1986), orientado al Pop y bastante exitoso comercialmente, "Instinct" (1988) es un disco de rock básico y ruidoso, Steve Jones mediante, pero no muy inspirado, empezando por la espantosa portada, y con poca repercusión quitando el single "Cold Metal".

La gira de presentación, en cambio, cuentan que fue memorable, con un Iggy recién salido de rehabilitación y con ganas de comerse el mundo y una banda sobrada de oficio y talento: Andy McCoy a la guitarra, Alvin Gibbs (ex-UK Subs) al bajo, Pau Garisto (ex-Psychedelic Furs) a la batería y Shamus Beghan (Barry Adamson) a la guitarra y teclados.

El disco es un buen reflejo de lo que debió ser la gira: pocas florituras, una banda contundente y un tracklist basado, lógicamente, en "Instinct", del que incluyen seis temas más un puñado de clásicos:

  1. Instinct
  2. Kill City
  3. 1969
  4. Penetration
  5. Power And Freedom
  6. Your Pretty Face
  7. High On You
  8. 5 Foot 1
  9. Johanna
  10. Easy Rider
  11. Tuff Baby
  12. 1970
  13. Search And Destroy
  14. Squarehead
  15. No Fun
  16. I Wanna Be Your Dog

El sonido es crudo y tirando a guarrindongo y, quizá, con las guitarras un poco bajas (dicen que la mezcla de "King Biscuit Flower" es mejor en este sentido) pero con Iggy pletórico y cantando de maravilla y un Andy McCoy incendiario y al que pocas veces he oído tocar mejor: la versión de "5 Foot 1", por ejemplo, es matadora. Por su parte, la base rítmica muy sobria, con Alvin Gibbs tocando francamente bien.

Las canciones de "Instinct" ("High on You" o "Squarehead", por ejemplo) suenan demoledoras e infinitamente mejor que en estudio. Del resto destacaría "Kill City", "1970" y la santísima trinidad: "Search and Destroy", "No Fun" y "I Wanna Be Your Dog", con un McCoy desatado con unas canciones que le encajan como su inseparable sombrero.

Gran disco muy recomendable para completistas de la iguana y fans de Andy McCoy que, insisto, aquí está pletórico.





sábado, 12 de julio de 2014

Little Hurricane - "Gold Fever"
























Hay bandas y hay discos con ángel, Little Hurricane es una de esas bandas.

Pese a ser originarios de la californiana San Diego, Little Hurricane, (originariamente Hurricane pero, como declararon en una entrevista a Rolling Stone: "...people don't like hurricanes. Little hurricanes are OK. It's more of a party, and less of a disaster.") están definitivamente poseídos por el Mojo sureño. Este dúo formado en 2010 por el guitarrista y cantante Tone Catalano y la batería y vocalista Celeste "C.C." Espina, hizo su debut discográfico con "Homewrecker" (2011), un excelente trabajo de textura blues con elementos Pop y deliciosas melodías, que obtuvo bastante repercusión y consiguió el galardón al álbum del año en los "San Diego Music Awards".

Su segundo trabajo fue "Stay Classy: A collection of cover songs", disponible gratuitamente en su bandcamp. Un disco que hace honor a su nombre: diez elegantes versiones de temas de Bruce Springsteen, Creedence Clearwater Revival o Pink Floyd (entre otros), donde destacan su revisión del clásico "Ain't No Sunshine", de Bill Whiters y una sorprendente versión downtempo de "Don't Wanna to Miss a Thing", de Aerosmith.  Little Hurricane llevan ambos temas a su terreno con una solvencia, naturalidad y personalidad pasmosas.

Su reciente disco, "Gold Fever", confirma todo lo bueno que apuntaban los discos anteriores: un glorioso compendio de sonidos americana, R&B y Rock, con un excelente ojo para la melodía y los ganchos pop. Enteramente escrito, grabado y producido por ellos (aprovechando la experiencia previa de Tone Catalano en diferentes estudios), es un trabajo sólido, muy homogéneo y excelentemente producido.

Estamos ante una obra repleta de detalles, orfebrería pura, que confieren a sus doce canciones ese "ángel" del que hablaba al principio: las dulces melodías vocales de Celeste Spina, que funcionan de perfecto contrapunto a la expresiva voz de Tone Catalano; la estremecedora "Upside of Down"; los arreglos de cuerda en "Sorry Son" y "Con Man" (por momentos cercanos al sonido Philadelphia) y su guitarrero cambio de ritmo hacia el final; la soulera sección de metal en "Boiling Water" (uno de mis temas del año); la armónica en la folkie "Breathe"; el trabajo de guitarras y los arreglos de teclados en "Summer air" (otro temazo) o la crudeza de "Superblues", con sus guitarras a lo Stevie Ray Vaughan.

Little Hurricane lo tienen TODO para conseguir un éxito masivo, su estilo transversal (Blues, Rock, Folk & Pop), desde luego, tiene capacidad para atraer a diferentes públicos, ¿Unos nuevos Black Keys? Veremos. Mientras tanto, disfruten de "Gold Fever", puedo garantizarles que esa mezcla entre dulzura y rudeza, entre sonido negro y melodías pop, entre contención y expresividad, les va a enamorar desde la primera escucha.






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